
No tengo tiempo para prisas
No tengo tiempo para prisas!!!
Corazón no corras pero vuela. Porque la prisa y el tiempo no existen. Si corremos se nos va la inspiración. Y que sería de este mundo sin ella? Si volamos disolvemos las horas… Y las dudas.
El tiempo que duran las cosas, es un infinito inexacto.
Los relojes son objetos decorativos que nos recuerdan que solo somos, lo que ocurre entre latido y latido.
Decía el Maestro Ahora en Momo, que el verdadero tiempo no se puede medir por el reloj ni el calendario. El tiempo es vida y la vida reside en el corazón. A veces un minuto es eterno, y otras una hora es un suspiro.
No sé si habéis leído el libro, o habéis visto la película. Yo leí Momo, obra de Ende, el mismo autor de La Historia Interminable, y recuerdo, como los hombres entregaban su tiempo a los Hombres Grises a cambio de dinero, mientras se marchitaban sus flores.
Esa imagen quedó grabada en mi para siempre. Cuidar de mis flores siempre fue mi prioridad, por eso nunca nunca nunca estuve dispuesta a vender mi tiempo. En todo caso he llegado a regalarlo, de la misma manera que regalo lo que hago porque es mi forma de amar cuando canto.
Nada más nacer, nos ponen a competir. Tu bebe ya habla? Ya camina? No está muy alto verdad?
Y ya no paramos de correr nunca. Nunca! Porque nos creímos que llegábamos tarde. Llego tarde…llego tarde!!!!
Gritaba el conejo blanco de Alicia.
Llego tarde, tengo que, tengo que… Hay mucho que hacer. Estudiar, trabajar, la casa está sucia, hay que hacer la compra, reuniones, corre corre corre…
Y vuelve a correr después.
Tengo que irme. Qué hora es? He dormido poco . Corre corre corre… Ya tienes novio? Cuando te casas? Y la carrera? Tienes trabajo? Qué hora es? Cuánto ganas? Aún no tienes hijos? Cuando tendrás otro hijo? Compra compra compra!!! Consume consume consume!!!
Quedamos a cenar, quedamos a comer, quedamos a tomar café y mientras, llama por teléfono, escribe, mira Facebook, vamos vamos vamos!!! Hay que ser popular. Hay que ser delgado y guapo. Hay que tener éxito, hay que ir a la moda, hay que hay que hay que tienes que tienes que tienes que…………
B A S T A
Tarde para que?
Será tarde para vivir el día que dejes de correr.
Salirse del esquema no es sencillo. Es una trampa. Una ratonera.
Todo lo que tenemos es tiempo para vivir esta experiencia que es la vida. Si supiéramos lo que es la muerte, dejaríamos de tener miedo. Y sin miedo nadie podría robarnos un atardecer, una siesta, eso que hacemos deslizándonos y disolviendo los minutos cuando no tenemos prisa ni pensamientos que esquivar.
Cuanto más corremos, o más decimos que «tenemos que», estamos huyendo de nosotros mismos. Estamos evitando enfrentar lo que sentimos y lo que pensamos. Estamos evitando ser lo que realmente somos. Estamos posponiendo el único trabajo que hemos venido a hacer aquí, que es nuestro viaje interior.
Así que no ganamos un sueldo con el trabajo que desempeñamos. Es el precio que ponemos a la vida que dejamos de vivir.
El tiempo que no se percibe con el corazón, está tan perdido como los colores del arcoiris para el ciego, o como el canto del pájaro para el sordo.
Por desgracia hay corazones ciegos y sordos a pesar de latir. Eres tú quien vuela a través del tiempo, a través de todos tus días y noches, y regresas a través de tu vida hasta el lugar por el que llegaste, a ese lugar donde suena la música eterna, y al que tú perteneces porque eres uno de sus sonidos, y de él formas parte.
Momo (Michael Ende) Autor de La historia interminable.
No tengo tiempo para prisas, no tengo tiempo para personas ni cosas sin alma. No tengo tiempo que perder, prefiero amar.